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REHABILITACIÓN
DE PERSONAS
CON UNA AMPUTACIÓN

CAUSAS, CONSECUENCIAS Y NEUROREHABILITACIÓN EN REINTEGRA

Amputaciones de miembros

introducción

Las amputaciones de un miembro (pierna, brazo) siguen siendo una situación habitual en nuestra sociedad, a pesar de los avances en medicina y prevención de accidentes. Las causas más frecuentes son los accidentes laborales, de tráfico y deportivos; así como patologías que afectan el estado del miembro afecto: diabetes, enfermedades vasculares, tumores o malformaciones congénitas.

Una amputación implica habitualmente la pérdida de un miembro, pero los casos difieren según el nivel por el cual se ha hecho la amputación, dado que eso determina el tratamiento y la prótesis de elección.

La amputación de un miembro inicialmente suele motivar una pérdida de autonomía, al no poder llevar a cabo actividades cotidianas que previamente realizaba el paciente con el miembro ahora amputado, como caminar (en los casos de la amputación de un miembro inferior) o realizar actividades básicas e instrumentales de la vida diaria (amputación de un miembro superior: mano y/o brazo): vestido, alimentación, actividades del hogar, conducir o desempeñar un trabajo.

Cómo es la rehabilitación de amputados en Reintegra

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En Reintegra tenemos una unidad específica de amputados para pacientes que han sufrido una amputación, destinada a la recuperación de la autonomía y calidad de vida. Somos conscientes del impacto que una amputación puede suponer en la calidad de vida del paciente y de su familia; pero también del enorme potencial de recuperación y posibilidades de retomar su proyecto vital. La Unidad de Amputados de Reintegra ofrece los siguientes servicios de forma coordinada:

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Fisioterapia

Tratamiento de cicatriz y muñón; sensibilidad, manejo del dolor y miembro fantasma; integración del miembro afectado; readaptación a la bipedestación; entrenamiento y reacondicionamiento.

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Terapia Ocupacional

Sensibilidad; manejo del dolor y miembro fantasma; actividades unimanuales; integración del muñón del miembro superior en tareas de apoyo funcionales; cambio de dominancia, entrenamiento en actividades cotidianas con y sin prótesis.

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Psicología

Acompañamiento psicológico; aceptación de la nueva situación y proyecto vital; manejo del dolor crónico.

TE AYUDAMOS A RECUPERARTE

Si sufres alguna de las afecciones mencionadas arriba o quieres que estudiemos tu caso para poder aconsejarte. Solicita ahora una EVALUACION GRATUITA y sin compromiso.
Rellena nuestro formulario con tus datos y nos pondremos en contacto contigo en la mayor brevedad posible.

    Pasos en Reintegra para la rehabilitación de personas con una amputación

    Es fundamental ponerse a trabajar tan pronto lo permita la recuperación tras la cirugía. Actuar de forma temprana mejorará significativamente el pronóstico dado que evitará complicaciones, acelerará el proceso y reducirá la probabilidad de que aparezcan sensaciones extrañas o la aparición de alteraciones sensoriales, incluido el miembro fantasma.

    En Reintegra enfocamos el trabajo de acuerdo a las siguientes fases, que se suceden cronológicamente, aunque pueden solaparse entre ellas:

    Tratamiento de la cicatriz resultante de la amputación

    Preparación del muñón para la colocación de prótesis (pierna o brazo).

    Mejora de la sensibilidad en el muñón: eliminación de sensaciones extrañas y dolorosas, parestesias, normalización de las sensaciones.
    Tratamiento del miembro fantasma.
    Readaptación a la bipedestación (amputaciones del miembro inferior).
    Entrenamiento de la marcha (caminar con una prótesis en amputaciones del miembro inferior).
    Reacondicionamiento físico global: potenciación, control de algias secundarias, etc.
    Entrenamiento en actividades funcionales y autonomía.
    Asesoramiento sobre órtesis, prótesis y otros productos de apoyo
    Acompañamiento psicológico, que puede incluir psicoterapia.

    El muñón, el extremo del miembro que ha sido amputado, necesita recuperar un estado óptimo que no genere malestar, pueda volver a ser integrado en la movilidad espontánea de la persona y posibilite la colocación posterior de una prótesis (protetización), si existe esa posibilidad.

    Para ello, es necesario que el muñón adquiera una forma óptima, sin zonas en las que se aprecien lesiones y tirantez de la piel (adherencias en la cicatriz) ni hinchazón (edemas). Además, será esencial recuperar la máxima fuerza y coordinación muscular, así como rangos de movimiento óptimos de las articulaciones que se conserven.

    La preparación del muñón, y especialmente de la cicatriz, se lleva a cabo mediante un trabajo de masaje manual, drenaje linfático, vendaje (tradicional, neuromuscular) y punción seca.

    Es frecuente la aparición de sensaciones extrañas en la zona del muñón y áreas circundantes: dolor, sensación de acartonamiento, zonas con menos sensibilidad (o prácticamente nula), otras con un exceso de sensibilidad, etc.

    En Reintegra hacemos un trabajo de estimulación sensitiva muy eficaz para normalizar estas sensaciones, lo que mejora enormemente la calidad de vida del paciente y contribuye a seguir avanzando en el proceso de mejora de la autonomía.

    La mayoría de pacientes que han sufrido una amputación refieren sensaciones en el miembro amputado: al paciente le molesta, le duele, siente tensión, frío, dolor, etc. en la parte que ya no está. Esto produce una enorme molestia y desazón y es una de las principales quejas de las personas amputadas, dado que la sensación que más refieren es dolor. Esto es aún más frecuente cuando el miembro amputado tenía dolor antes de la amputación.

    En Reintegra sabemos abordar esta cuestión integrando técnicas de estimulación sensorial, punción seca, terapia espejo y estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS); además de entrenando al paciente con medidas preventivas.

    Tras perder un miembro inferior, se hace necesario el entrenamiento de la capacidad de equilibrio y del control de la postura en bipedestación, inicialmente sin prótesis y, si fuese posible, posteriormente con prótesis.

    Durante esta fase, es de vital importancia centrarse en la adaptación progresiva a la carga en el muñón, siempre y cuando su estado lo permita; y no solo como un objetivo de protetización sino como una parte esencial para el mantenimiento óptimo del muñón.

    Para ello, en Reintegra solemos comenzar su trabajo en posiciones en las que la carga sobre el muñón es mínima, como la cuadrupedia; pasando por la potenciación de la musculatura que nos mantiene enderezados en posición de rodillas; llegando hasta la bipedestación con y sin apoyo de los Miembros Superiores y terminando con actividades de paso con el miembro sano, trasladando la máxima carga al muñón apoyado en una superficie adaptada. En el caso de poder implantar una prótesis, de igual forma se iría progresando en cuanto a la carga, tolerancia e inhibición del apoyo hasta conseguir una total independencia y seguridad en el desarrollo de actividades en bipedestación.

    La culminación del trabajo de rehabilitación en los pacientes con amputación de un miembro inferior (pierna) es el entrenamiento de la marcha, con o sin prótesis. Haber ido logrando los pasos anteriores con éxito facilitan el éxito de esta fase, de enorme importancia para el paciente y su familia.

    El entrenamiento de la marcha es un proceso progresivo, en el que se debe valorar la condición física de la persona y buscar las mejores estrategias y adaptaciones para conseguir una plena autonomía; incrementando progresivamente la estabilidad, tolerancia y calidad del patrón.

    Una progresión común del proceso de recuperación de la marcha sería comenzar a practicar la marcha con suspensión parcial de peso mediante grúa y apoyo en paralelas, retirando progresivamente esta suspensión hasta caminar tan solo con el apoyo en paralelas, para posteriormente, ir avanzando en la rehabilitación de la marcha con uso de otros productos de apoyo (andador, muletas, bastón, bastón de senderismo); y, en algunos casos, conseguir la marcha sin necesidad de estos.

    Cuando no es posible integrar una prótesis, el uso de estos productos de apoyo será esencial para conseguir ser autónomo al deambular.

    Cuando es posible establecer una prótesis, al trabajo de marcha mencionado hay que añadirle un proceso de adaptación a la prótesis. Para ello, se hará esencial establecer unas pautas de trabajo y descanso, que ayuden a ganar tolerancia física y adaptarse adecuadamente a la prótesis, buscando estrategias individualizadas para evitar y/o controlar la posible aparición de zonas dolorosas o heridas en el muñón.

    Así mismo, de cara a conseguir la mayor calidad y naturalidad de movimiento con la prótesis, es de gran relevancia el trabajo del control de la rodilla protésica durante la puesta en pie y sentarse; el control del movimiento de la prótesis durante el paso, así como la percepción de la longitud del mismo; la transferencia de peso a la prótesis, así como la carga y enderezamiento sobre ella, tanto en bipedestación como en la marcha. Más adelante, y adaptándonos a los objetivos del paciente, comenzaría el entrenamiento de la marcha en terreno irregular o barreras arquitectónicas; la retirada progresiva de ayudas técnicas; y el entrenamiento de la puesta en pie tras una caída.

    La condición física de la persona será primordial para asegurar un buen proceso de recuperación. Tras una amputación, será esencial mantener una buena forma física, conservando buenos niveles de fuerza y coordinación muscular global, así como rangos de movimiento lo más óptimos posibles. A este respecto, es importantísimo conservar una buena estabilidad tóraco-abdominal, que ayude a mantener una buena postura y facilite la flexibilidad y capacidad del tronco.

    Además, muchas de las personas que sufren amputaciones, tienen problemas circulatorios, por lo que se deberá llevar un buen control de posibles complicaciones vasculares y mantener un estado circulatorio bueno.

    Por otra parte, durante el proceso de rehabilitación y la adaptación a la nueva condición física, puede surgir dolor osteo-muscular (algias) por malas posiciones o esfuerzos excesivos (sobrecargas); que deben evitarse o, en el caso de aparecer, controlarse.

    En el caso de la amputación de un miembro superior, tras el proceso rehabilitador inicial (preparación del muñón, mejora de las percepciones, acondicionamiento físico), se explorará la posible implantación de una prótesis, con un fin estético y/o funcional.
    Tras el visto bueno del especialista a cargo, normalmente un traumatólogo, y la recomendación de un especialista prostético, se comenzará el proceso de adaptación a la prótesis elegida.

    Este proceso requiere, al igual que en el miembro inferior, de un programa estructurado de tolerancia y descanso en el uso de la prótesis, educación sobre su colocación y cuidados específicos, entrenamiento funcional de la prótesis, entrenamiento de habilidades y destrezas del miembro con prótesis e integración del miembro protésico en las actividades de la vida diaria.

    En este proceso, es de gran relevancia la figura del terapeuta ocupacional, que es el profesional que mayor preparación tiene para afrontar la rehabilitación e integración funcional del miembro superior amputado.

    El objetivo fundamental de nuestro trabajo es retomar la autonomía, tanto si se ha conseguido incorporar una prótesis funcional, como cuando se decide no hacerlo. En Reintegra podemos ayudarte para que puedas volver a ser independiente para realizar todas las actividades de la vida cotidiana, tanto las relativas a los autocuidados (vestido, aseo y ducha, alimentación, movilidad básica), como las actividades productivas (preparación de comidas, compras, limpieza y mantenimiento del hogar, actividades de ocio y tiempo libre, uso del ordenador, etc.). Podemos abordar todas aquellas actividades que te permitan retomar tu proyecto vital.

    Asociado a la mejora de la autonomía personal, también podemos asesoraros sobre ayudas técnicas y productos de apoyo destinados a lograr una mayor autonomía a pesar de la pérdida de un miembro: desde sillas de ruedas, cubiertos adaptados, sistemas domóticos, etc. hasta cuestiones como la adaptación de una bicicleta o las adaptaciones necesarias para conducir.

    Además de las consecuencias en el estado físico y autonomía, son importantes las consecuencias psicológicas: adaptarse a la nueva vida, superar la pérdida y la tristeza y frustración asociadas, integrar la nueva imagen corporal, manejar el dolor crónico, etc. Desde Reintegra te podemos ayudar en este proceso y ayudarte a encontrar la fuerza y motivación necesarias.

    ¿Estas interesado en nuestro programa de rehabilitación
    para personas con una amputación?

    Los principales beneficios de confiar en Reintegra tu proceso de rehabilitación tras una amputación son que con nosotros:

    Te acompañaremos en este camino y procuraremos aportarte todo lo que pueda contribuir a la mejora de tu calidad de vida y la de los tuyos.